domingo, 27 de noviembre de 2022

Las cincuentonas

 

          Hace unos meses nos sentamos varias amigas ya cincuentonas en una terraza. (En mi casa siempre se ha dicho que más de dos mujeres juntas es un aquelarre, salvo situaciones excepcionales en las que sería suficiente con la concurrencia de dos. Mi marido suele aclarar que muy ocasionalmente una sola llega y sobra).

          La conversación es animada y nos reímos a carcajadas reforzando en los que nos rodean la particular opinión de mi familia.

          Pasa un caballero muy planchón pero ya de una cierta edad, cercana a los 80. Comentarios generales sobre el buen aspecto que presenta...

          - "Un poco mayor para nosotras ¿no?" Dice una de mis amigas.

          Múltiples comentarios y más carcajadas hasta que otra apostilla.

          - "¿Os acordáis de cuando los amigos de nuestros padres nos parecían atractivos?"

          Nueva tanda de observaciones y risas que se ven interrumpidas por el paso de un grupo de adolescentes que arma aún más follón que nosotras. En el medio un chico alto y guapísimo al que todas nos quedamos mirando hasta que estallamos en otra carcajada general.

          Nueva ola de comentarios desproporcionados.

          - "Andad chicas- dice una de nosotras- acabo de subir la cuna de mi hijo al trastero... estoy yo como para robar otra".

          - "Esta desinhibición- dice una de mis amigas toda seria-, solo puede ser fruto de la menopausia... que yo antes no era así".

          Empiezan las risas de nuevo; los camareros, a alguno lo podíamos haber parido, nos miran divertidos y desde las mesas vecinas y la calle peatonal con una mezcla de envidia, cabreo y estupor. Somos un grupo de señoras en el que la mayoría se conserva muy bien, más o menos arregladas, unas más pijas y otras más hippies, pero con cierto aire de respetabilidad.

          Mi amiga M. Farela (la única que me ha autorizado a nombrarla) nos mira de una en una con cara de resignación.

          - "QUE EDAD TAN DIFÍCIL TENEMOS NIÑAS, LA MOJAMA NOS LASTIMA LAS ENCIAS Y EL YOGUR AUN NO NOS PASA POR COMIDA"

 

          Ahora sí que nos tenemos que ir, es posible que incluso algunas de nosotras tengamos que abandonar la ciudad por una temporada.



Publicado por Farela

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