“Los
hijos son otro tipo de batalla, sin estandartes ni cuernos de guerra, pero no
menos violenta”. Catelyn Stark
Era
domingo, como hoy, el día en que contemplamos tus ojos por primera vez. Esos
ojos en los que los míos aprendieron con el tiempo a mirar en voz baja.
Y como
hoy, el santoral católico conmemoraba a Santo Tomás de Aquino, patrón de las
Universidades y de las escuelas católicas. (Quizá fuera una especie de
premonición).
Pero, para
ser más exacto, era la hora del vermú y de los vinos. (Ya apuntabas maneras).
Y como
digo, tenías los ojos muy abiertos, como si temieras perderte el más mínimo
detalle de todo lo que te rodeaba.
Realmente
siempre quisiste tenerlos despiertos a la vida. Incluso, siendo apenas un bebé,
cuando agotados intentaban ocultarse tras los párpados, les decías: “¡No os
cerréis, no os cerréis!” … y te hacían caso…
El hecho
es que siempre quisiste tener los ojos abiertos, descubrir el mundo y saberlo
todo. Literalmente todo. Esa ha sido una de tus más hermosas virtudes y uno de
tus más irritantes defectos.
De
cualquier forma, nunca pierdas tu curiosidad, ni tu alegría, ni tu fuerza.
Nosotros
intentaremos acompañarte, o por lo menos estar ahí siempre, disfrutando de tus
logros, de tus conquistas y sobre todo de tu limpia y valiente mirada.
Felicidades.
Publicado por Farela y Balder
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