De Ferrol, Rapa y otras tiradas de Motos

 

Decía Leonardo da Vinci que nada nos engaña tanto como nuestros propios prejuicios. Es lo que tiene el dejarse llevar por la propia ignorancia o por ideas preconcebidas sobre pueblos, lugares, ciudades o personas, que no nos permiten llegar a descubrir ni sus aspectos más interesantes, ni su belleza, ni su auténtica realidad.

Y esto es lo que sucede frecuentemente con Ferrol, una ciudad que, a costa de los diferentes sambenitos que arrastra, sobre todo el de ser el lugar de nacimiento de nuestro más reciente dictador, ha sido vilipendiada, o lo que es peor, ignorada por la mayoría de los que no la conocen ni hacen el más mínimo esfuerzo por conocerla.

Y hay que agradecerle a la serie televisiva “Rapa”, sobre todo a su segunda temporada, y a sus artífices, fundamentalmente al actor Javier Cámara, que hayan intentado romper muchos de esos tópicos ofreciéndonos, envueltos en una atrayente e interesante historia policiaca, los más hermosos paisajes e imágenes de una ciudad olvidada y prejuzgada. Y a que, en cada evento de promoción de la serie, no se hayan olvidado de elogiar, de alabar, ni de publicitar a esta ciudad y a su comarca, Ferrolterra, en la que se desarrolla la historia, ni de manifestar, a todo aquel que los haya querido oír, que realmente les ha encantado.

Porque una población es mucho más que uno de sus naturales, por muy significativo que sea o por mucha relevancia que haya podido tener. Además que los que solo miran a esta localidad como la cuna de Franco a menudo se olvidan de que Ferrolterra también fue el lugar de nacimiento de Pablo Iglesias, el fundador del PSOE y de la UGT, y el padre del auténtico socialismo en España, (no el del otro señor con el mismo nombre, tan mediático y residente en Galapagar), del escritor Gonzalo Torrente Ballester, (ganador entre otros del Premio Cervantes, del Príncipe de Asturias de las letras y del Premio Nacional de Literatura), de Concepción Arenal, (la primera mujer universitaria de España, licenciada en derecho, periodista, escritora y una las primeras promotoras del feminismo en el siglo XIX), de José Canalejas, (presidente del consejo de ministros a principios del siglo XX), de Andrés do Barro, (cantante y uno de los mayores impulsores de la lengua Galega en tiempos del franquismo y el único que ha alcanzado el número uno de las listas en España con una canción en galego, O tren), del futbolista Marcelino y de su famoso gol ganador de una Eurocopa, del cámara José Couso (muerto en Irak mientras ejercía su trabajo en aquella guerra), de la modelo y presentadora Paloma Lago, de los presentadores de televisión Paula Vázquez y Jesús Vázquez, (que no son hermanos), y para los más jóvenes, de la actual vicepresidenta del gobierno Yolanda Díaz, del DJ Carlos Jean y del cantautor Andrés Suarez, entre otros muchos. Así que para los incultos o desmemoriados, que sepan y recuerden que hay mucha vida en Ferrol antes y después de Franco.

Y porque Ferrol, y sobre todo Ferrolterra, es algo más que el lugar de nacimiento de nadie. Es mucho más. Es playas increíbles que poco tienen que envidiar a las del Caribe, (bueno, quizá que la temperatura de las aguas fuera un poco más atemperada); Es una Semana Santa declarada de interés turístico internacional; Es marisco y pescado excepcional y una gastronomía excelente, (bien sea en tapas tradicionales o en platos de vanguardia); Es modernismo, (representado sobre todo en las construcciones de Rodolfo Ucha que en nada desmerecen a las obras de Gaudí); Es ilustración, (con el desarrollo del urbanismo del barrio de la Magdalena y de sus astilleros desde el siglo XVIII); es historia, (que, entre otras cosas, aquí también les dimos la del pulpo a los súbditos de su graciosa, cuando aspiraron a quedarse con el mejor puerto militar de su época, lo que reconocido por los rubios, ya es mucho reconocer); Es castillos altivos, fortalezas imponentes y baterías costeras sobrecogedoras que protegían el que fue el mayor Arsenal y el puerto mejor resguardado de Europa, orgullo de otras épocas y actualmente en gran parte abandonados y en ruinas como la propia comarca que defendieron; Es la nueva patria de las Meninas (aunque Velázquez nunca lo hubiera imaginado y Banksy lo ignore); Es el lugar donde jarrea, donde cualquier nachiño fedella cuando se le esmendrellan las cosas, o donde se va a todo filispin; Es camino de Santiago y santuario de San Andrés, (a donde si no vas de vivo una, de muerto irás tres); Es festival celta en el Ortegal, (donde se funden cielo, tierra y mar en solpores de néboas, meigas y bardos legendarios); Es, además de todo eso, el astillero donde se construyen los mejores barcos del mundo, (que hasta los descendientes de los vikingos han venido aquí para que se les fabriquen sus modernos drakkars en forma de fragatas); Es crisol de pueblos, fomentado en parte por los astilleros y por la Armada, y un lugar donde muchos de sus más ilustres promotores eran de otros lugares, (marinos como Jorge Juan, políticos como el Marques de la Ensenada, o arquitectos como Ucha); Ferrolterra es pasado y presente, mar y montaña, naturaleza viva y construcciones históricas, ciudad que fue grande y aldeas bullentes de actividad; Ferrol es al fin, como dicen Los Limones, la ciudad donde se acaba el mar.

Así que todo esto es Ferrol, (que no “El Ferrol”), para que luego venga a menospreciarlo, dejándose llevar por su ignorancia, por su estulticia y por sus prejuicios, cualquier cuñao televisivo por muy rey de las hormigas que sea o que se crea, sin saber que, como dice mi hija, que tuvo a bien en nacer en esta ciudad, con Ferrol sólo se pueden meter los ferrolanos, que son los únicos que la conocen de verdad.  

Ya decía José Antonio Marina que tener un prejuicio es estar absolutamente seguro de una cosa que no se sabe, o como digo yo, de la que no se tiene ni puñetera idea.

Así que no prejuzguen, vean Rapa, disfruten de sus imágenes, de sus paisajes, de su fotografía y hasta de la historia que cuenta y, si pueden, vengan a visitar y a conocer en directo esta abandonada y olvidada ciudad. Porque por encima de cualquier otra consideración, “Ferrol Mola”.

Publicado por Balder