domingo, 17 de enero de 2021

El duende y el hada


          El duende sonrió entre burlón y divertido.
          - Tu problema - dijo - es que te dan pena los lobos. Y las ovejas no deben de sentir pena por los lobos o acabarán destrozadas entre sus fauces.
          - No entiendes nada, - susurró ella - puedo parecer una oveja, balar como una oveja, comer y comportarme como una oveja, pero - apostilló - ya te he dicho que YO SOY UN HADA.
          El duende la miraba sorprendido.
          - ¿Un hada? exclamó con gesto escéptico.
         - ¿Qué otra cosa podría sentir por un lobo que no fuera pena? - Insistió ella sin dejar de sonreír. - El lobo come ovejas porque forma parte de su naturaleza. La mayoría de los lobos no pueden elegir hacer otra cosa... Solo un lobo realmente excepcional podría.
          Si sintiera miedo estaría obligada a pasar el resto de mi vida temblorosa en un rincón, sin disfrutar de todas las cosas hermosas que nos rodean.
          Si sintiera odio viviría una existencia condenada al oscurantismo y el dolor, dando vueltas a absurdas ideas de venganza y rencor... Sin duda cualquier lobo podría destrozar mi cuerpo de oveja entre sus fauces, pero nunca conseguirá destrozar mi alma de hada a mordiscos si yo no le dejo hacerlo... Y no lo haré. - Afirmó con los brazos en jarras, retando al duende a responder a su largo sermón.
         Como este no respondía, atónito aun por estar oyendo aquella perorata de una vulgar oveja; comenzó a alejarse de allí tarareando una alegre cancioncilla.
          Cuando el duende acertó a reaccionar y levantó su atónita mirada del suelo aun pudo ver como la cola de la oveja se perdía entre las copas de los árboles dejando tras de sí una brillante estela de polvo de hadas.


          MORALEJA: Las hadas pueden esconderse detrás de cualquier ser vivo que haya creado la naturaleza... Quizá los lobos excepcionales también sean hadas."

Publicado por Farela.

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