domingo, 8 de noviembre de 2020

Band of Brothers



          A mí no me entusiasman mucho las series ni las películas de guerra. Me gustaron hace tiempo, pero a estas alturas de mi vida, como dice mi amiga Concha, para descansar dadme amor y lujo...
          Pero estoy casada con un señor que tiene más inquietudes que Leonardo da Vinci y que además es friki y aragonés; así que me ha convencido para ver con él Band of Brothers, una serie de Tom Hanks y Steven Spielberg, basada en la historia real de la compañía Easy, que ha conseguido engancharme por completo.
          Para mí, por motivos obvios, merece mención especial el capítulo dedicado al personal sanitario que acompañaba a las tropas. Quizá porque de alguna manera todos nos hemos sentido alguna vez "sanitarios de trinchera", estás ahí para lo que sea. Trampeas tú maletín de lo que pescas aquí y allí, de lo que otros te dan aun a costa de vaciar el suyo... Igual curas heridas que consigues botas, subsanas las carencias como bien puedes y aprendes a vivir con la impotencia que genera el no dar para más, y sobre todo, hay muchos momentos en los que te colapsas y te sitúas al borde del acantilado, tentado por el vértigo que te pide a gritos que te dejes caer. De una vez por todas y para siempre, ¡déjate caer y descansa en paz!
          Todos podemos rendirnos y no pasa nada. Todos somos prescindibles. Nos paramos el tiempo suficiente para añorar al sanitario que se ha ido pero la maquinaria genera al instante otro engranaje que hará tu trabajo mejor o igual que tú.
          Cuando crees que ya no podrás más siempre hay un grito desesperado en medio de la guerra, que te hace reaccionar y seguir adelante, o una sonrisa, un abrazo, un gesto de comprensión... Algo que te recuerda que mientras hay vida hay esperanza. Una flor que ha tenido el valor y la fortaleza necesarios para crecer en medio de las trincheras haciendo que de pronto todo tenga otro color.
          Lo dicho. Recomendable. Dura. Triste a ratos, a muchos ratos la verdad... Pero entre tanto amor y lujo tampoco vienen mal de vez en cuando unas gotitas de realidad.

Publicado por Farela.

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