Te
amaré, le dijo, hasta que acabe el invierno. Cada noche calentaré entre los
míos tus pies helados de bajar descalza sobre la nieve fría. Cubriré con mis
labios las llagas de tus manos hasta que el calor de mi aliento cierre las
heridas. Sostendré tu corazón pegado al mío para que el calor de mi alma te
devuelva la vida.
Me
marcharé, le dijo, al llegar la primavera. Entonces te amará por mí la
naturaleza.
Publicado por Farela.
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