domingo, 27 de octubre de 2019

Fotografía






          Algunos investigadores sostienen que si tuviésemos la capacidad de controlar nuestra mente podríamos retroceder a través de nuestros recuerdos hasta el instante mismo de la creación. Defienden la teoría de que en la parte más primitiva y arcaica de nuestro cerebro permanece dormida la memoria más ancestral, la que nos lleva más allá de nuestros recuerdos como individuos para enfrentarnos a un compendio global de recuerdos que nos identifican como especie.
          Si de verdad pudiésemos realizar ese viaje en el devenir de nuestra memoria probablemente uno de los momentos más impactantes de nuestra historia sea aquel en que por primera vez asomamos la cabeza desde debajo del agua y la LUZ impactó de un modo definitivo en todos nuestros sentidos. Más allá del juego de luces y sombras matizado por las distintas profundidades del agua hubo un momento, un instante de nuestra evolución en que la luz en toda su magnitud nos deslumbró.
          Eso es para mí la fotografía. Un súbito impacto de luz que despierta un lugar dormido en mi memoria más ancestral. Su presencia o su ausencia. El brillo de un tenue haz sobre las hojas de un árbol. El devenir de la historia en un estrato de roca. Un juego de luces y sombras en la vida del bosque. El azul frío del hielo...
          Un instante de infinita belleza que impacta de pronto en mi retina haciéndome sentir la necesidad imperiosa de almacenarlo en algún lugar de mi memoria más arcaica allí donde puedo compartirlo porque aunque solo haya sido hermoso o impactante para mi forma parte del bagaje de la humanidad.
Publicada por Farela.

No hay comentarios:

Publicar un comentario