viernes, 17 de agosto de 2018

Barcelona 17/8/17



          En esta semana se cumple un año de los atentados de Barcelona y Cambrils. Y pronto se cumplirá el decimoséptimo aniversario del 11S en Nueva York.
          Y a lo largo de este tiempo el terrorismo ha ido golpeado con saña Madrid, París, Niza, Londres, Bruselas, Beirut, Bombay, Garissa, Buenos Aires, Nairobi, Moscú, Bali, Estambul, Erbil, Bagdad, Mosul, Baaquba, Hilla, Kabul, Kampala, Ammán, Maiduguri, Argel, Casablanca, Riad, Yerba, Pune, Kashgar, Berlín, Yakarta, Tel Aviv, Túnez, Susa, Estocolmo...
          Es triste tener que recordar, que el horror puede golpear en cualquier parte y a cualquiera, y que por eso deberíamos dejar de lado nuestras inútiles discusiones bizantinas y nuestras absurdas luchas intestinas, y centrarnos en emplear todos nuestros esfuerzos para que estos casos no vuelvan a suceder.

          En memoria de todas las víctimas, os dejo un pequeño texto que escribí a los pocos días del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid y un dibujo que lancé en internet tras los atentados de hace un año de Barcelona.
          Ojalá seamos capaces de hermanarnos y de caminar juntos todas las ciudades y todos los pueblos golpeados por el terror y el dolor.

 
          María espera que le dé tiempo de acabar de estudiar el parcial antes del sábado.
          José piensa que no va a llegar a fin de mes. La hipoteca los está ahogando, y eso que han bajado los tipos de interés.
          Jesús sueña con esa moto, con su motor Twin Cam 88B, con sus 1450 cc, con su hermosísima línea...
          Jessica Inés confía en que le dé tiempo a mandar el giro a su familia en Bogotá al final de la semana, y en su niña que ya debe de estar pollita, y a la que hace casi un año que no ve.
          A Andrés su futuro yerno le cae fatal, y con la boda en puertas cree que esto ya no hay quien lo arregle.
          Eugenia solo se repite una y otra vez "por favor que no sea cáncer". 
          Ana Isabel se acaricia la barriga y habla mentalmente con su bebé.
          Marta abraza a Fernando y sabe que su historia juntos se está acabando.
          Fernando no sabe cómo decirle a Marta que ya todo se ha terminado y que lleva tres semanas saliendo con Luisa.
          Luisa mira a Fernando y se siente feliz.
          Enrique piensa en su nuevo juego para la consola. "¡Es tremendo!" Y ya le tarda el momento de volver a ponerse frente al tablero de cristal.
          Pepe recuerda que esa tarde tiene cita con el pediatra para llevar a su hijo Álvaro, y en que tal vez después le dé tiempo para recoger el encargo de Ana.
          José Luis no tiene ni idea de que le va a comprar a Nieves por su aniversario, y ya solo faltan dos días...
          Alejandro ha decidido dejarse dos para septiembre, a ver si así puede sacarse las otras tres, eso sí ha aprobado las cuatrimestrales...
          Martín está hasta los mismísimos del trabajo. Cualquier día le dice cuatro cosas a su jefe y lo manda a tomar por culo.
          Manolo ha decidido comprar un par de nuevos discos para su acuario. Está convencido de que eso y las nuevas plantas rojas le van a dar un toque muy especial.
          Julia repasa de memoria la compra de la semana.
          Mari Carmen piensa que Silvia es idiota, y que lo seguirá siendo por muchos zapatos de Jimmy Choo que tenga.
          Luis mira a ese desconocido con envidia. Mira y desea su traje tres piezas y su corbata de seda, su maletín de piel y sobre todo su cara de absoluta felicidad, mientras que la suya en cambio...
          Antonio se recrea con la película del fin de semana, todavía disfruta solo con recordar las imágenes.
          Pedro no hace otra cosa que recordar los gritos que le ha pegado a su mujer justo antes de salir de casa. Él cree que no es un maltratador, pero no puede dejar de ver la cara de tristeza de ella justo antes de cerrar la puerta...
          Mónica riñe a su hijo por tercera vez en lo que va de día. Casi apenas acaban de salir de casa y "¡vaya diíta que lleva!".
          Kevin mira a su mama enfadado, "¡Jo, nunca me deja hacer nada divertido!".
          Marga desea con todas sus fuerzas que esta vez el intento funcione. Tienen cita a las 10, llevan tres fecundaciones y todavía no ha conseguido quedarse embarazada, y el médico dice que solo se recomienda intentarlo cinco o seis veces.
          Agustín aprieta en el bolsillo la carta que recogió ayer del buzón. En ella le confirman que le han concedido la adopción de la niña. Todavía no se lo ha podido decir a su mujer. Piensa comprar champán por la tarde y decírselo en la cena.
          Carlos va a votar por primera vez, no sabe a quién. Bueno, al PP ni de broma, pero aparte de eso no tiene ninguna otra cosa clara.
          Águeda espera que salga Rajoy en las elecciones, "ya que no se presenta Aznar". No lo puede evitar pero cada vez que piensa en Zapatero le da un escalofrío. "Ese hombre no es trigo limpio".
          Juan Carlos piensa que eso de las elecciones en domingo es un rollo. "Al menos cuando eran en día laborable te podías escaquear cuatro horas..."
          Alba repasa mentalmente los consejos que le han dado para la entrevista de trabajo, al tiempo que se alisa la falda y comprueba el estado de sus uñas.
          Carmen mientras lee "Harry Potter y la orden del Phenix" se pregunta: "Pero ¿qué personaje va a morir? Apenas faltan 50 páginas y de momento no ha muerto nadie".
          Nico acaba de darse cuenta que se ha dejado el documento encima del aparador de la entrada. Su jefe lo va a matar.
          Begoña sigue haciendo mentalmente la suma una y otra vez, y por más que la hace los números siguen sin cuadrar.
          Marcos no piensa, solo intenta echar una cabezada antes de llegar. Tendría que haberse acostado antes.

          Y así hasta ciento noventa y uno.

          Y de pronto FIN, The End, Ende, Fine. Caput. Fuera. Se acabó.

          Y todo de repente. Sin fundido en negro y sin títulos de crédito. Solo un estruendo terrible, luego otro y luego otro.
         
          Y finalmente un telón de fuego, dolor, sufrimiento y humo. Y todo se acabó en Atocha, en Santa Eugenia y en el Pozo del tío Raimundo.

          Y luego nada más.

          Se truncaron ciento noventa y una ilusiones, ciento noventa y una esperanzas, ciento noventa y un recuerdos, ciento noventa y un temores, ciento noventa y un sueños, ciento noventa y una vidas...

           Y la barbarie deshizo la carne y habitó entre nosotros.





In memoriam de las víctimas del 17 de agosto de 2017:


Publicado por Balder

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