Se le rompió la esperanza
un atardecer cualquiera
y va deambulando a solas
entre la muerte y la pena.
Los cristales del olvido
se le clavan en las palmas
arrancándole alaridos
y en mil girones el alma.
Y aunque él ha vuelto
y la busca
ya nunca podrá encontrarla
vagabunda entre las sombras
compañera de la nada.
Publicado por Farela
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