martes, 21 de enero de 2025

Caballero de Fina Estampa

     A veces lo encontraba paseando por la calle, en nuestro barrio o en cualquier otro lugar. Compartimos alguna charla en la cola de la farmacia o en la sala de espera del centro de salud. Me gustaba encontrármelo y lo saludaba siempre igual... buenos días o buenas tardes Caballero. Porque eso era él para mí, más allá de la imagen que percibía a través de los ojos de los que tanto lo amaban y siguen amando, yo lo veía siempre como un auténtico caballero, de la cabeza a los pies. 
     Podía reconocer de lejos su figura, su manera de caminar, tranquila, serena, sin apuros, la espalda muy derecha y cierta indolencia en la postura. El aspecto siempre cuidado e impecable que parece inherente a los hombres de su generación, a esos cuya juventud quedó marcada por los trajes con corbata y pantalón pitillo y ese corte de pelo mitad flequillo mitad tupé firmemente posicionado sobre la frente que nos hace evocar viejas fotografías sesenteras en blanco y negro.
     Pero lo que más recuerdo de él es su sonrisa, dulce, suave, un poco ladeada y algo burlona, que escondía esa socarronería que los años vividos le aportan a algunas personas y que tan solo expresa la capacidad de ver el mundo desde la mirada de un adulto y de un niño a la vez. Esa mirada limpia a la que se extendía su sonrisa, especialmente cuando nos encontrábamos compartiendo momentos con su familia, su hija, su yerno, sus nietos, hacia los que​ tanto amor transmitía y de los que nunca dejaba de sentirse orgulloso. 
     Quizá alguien piense que mi visión está parcializada por el amor que su hija le tiene y siempre ha compartido conmigo, pero no es así y si alguien me preguntara que opino de él diría que es esencialmente un hombre bueno. Uno de esos hombres capaz de comprender a los demás aún cuando no comprenda sus motivaciones, risueño, amable, gran anfitrión y mejor conversador. Podría decir muchas cosas más sobre él pero se me quedan en el tintero infinitas palabras porque nunca es sencillo escribir de las personas a las que respetas y quieres de verdad, que más allá de las veces que les veas ocupan siempre un lugar destacado en tu memoria y en tu corazón.
     Hoy he querido acordarme de él, porque si nos falta todos los días y especialmente a su familia, hoy es un día en que su ausencia y su presencia sin duda se harán notar un poco más.
     Hasta la vista Caballero.

     En memoria de Germán Brage Gelpi. Caballero de Fina Estampa.


Para escucha la canción de María Dolores Pradera, pulsar en enlace:

https://youtu.be/xvKfN-kNkZg?si=G7i8cikMiCZKRFwo


Publicado por Farela

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