domingo, 31 de diciembre de 2023

De las noticias de un año y nuestra triste memoria


Cuando leíamos periódicos en papel, usábamos la frase de Walter Lippmann: “Las grandes exclusivas de hoy envolverán el pescado de mañana”, refiriéndonos a la futilidad de las noticias pasadas.

Pues hoy en día ni eso. En parte porque a nadie se le ocurriría ya envolver un pescado con un periódico usado, (y menos con una tablet), pero sobre todo porque estamos tan saturados de información que apenas recordamos por la tarde lo sucedido por la mañana.

Así que, si no nos acordamos de lo que sucedió antes de ayer, como para acordarnos de lo que sucedió hace casi un año. Y eso que este que termina, como sus predecesores, ha intentado seguir batiendo récords en cuanto a eventos históricos, acontecimientos adversos y catástrofes mundiales. Así pues, a estas alturas del año, ¿quién se acuerda de la guerra del Yemen o de la de Siria, o aún casi de la de Ucrania, empañadas todas por la de Israel? ¿Quién recuerda los muertos en el terremoto de Turquía o en el de Marruecos? Si no nos acordamos de los fallecidos en el último terremoto de Afganistán como para hacerlo de los anteriores.

Además, que hemos comprobado, una vez más, que hay sucesos, catástrofes y guerras de primera, de segunda y de tercera. De los de primera nos atiborran cada día en las noticias. A los últimos apenas ni se los menciona.

Sea como fuere y aun a riesgo de escribir sobre mojado, vamos a darle un repaso a lo acontecido en este 2023 que ya concluye, aunque sólo sea para recordar lo que sucedió durante cinco minutos más.


El año comenzó con la noticia de una fiesta rave e ilegal en Granada, de esas que no tienen ni final previsto, ni organizadores responsables, demostrando que el personal, harto de restricciones y de desgracias, sólo quiere desahogo y diversión. Pan et circenses que decían los clásicos.

Mientras, los brasileños, emulando a los yanquis, asaltaban su congreso, que por lo que se ve eso es mucho más democrático que respetar los resultados electorales.

Le Luthiers anunciaron su retirada dejándonos un mundo más triste y de peor humor, si cabe.

Entre tanto las revistas del corazón no daban a vasto en su intento de demostrarnos que los ricos también lloran, con las rupturas de Pique-Shakira, (canción venganza de por medio), de Vargas Llosa-Presley (con dramáticas intervenciones de familiares), o con la de Tamara-Iñigo Onieva (que, aunque no cantaron, cantaba bastante, hasta llegar, tras el amago de ruptura, a la boda con exclusiva incorporada). Incluso Harry y Megan ratificaban su ruptura de la casa real británica, libro y facturación mediante.

En Castilla y León el gobierno autonómico, por meterse contra el aborto, se metía en un jardín, a la vez que un avión se estrellaba en Nepal inaugurando las listas de fallecidos en catástrofes del año.

Y mientras la supercopa de fútbol se celebraba en Arabia Saudí, (supongo que para apoyar a la España vaciada), nuestra familia real se reunía en el funeral de Constantino de Grecia, que ya sabemos que las muertes unen mucho. Aunque a finales de año volvieron a juntarse en el cumpleaños de la infanta Elena, que igual hasta le han cogido el gusto. 

En USA, para variar, continuaba la temporada de tiroteos, y más tarde la de violencia policial, con detenido fallecido. Pero como esta vez todos, policías y detenido, eran afroamericanos de color negro, nos dieron a entender como que la cosa no importaba tanto...

En España, en diferentes comunidades y momentos, los sanitarios salieron a la calle, en las llamadas mareas blancas, para denunciar la situación catastrófica de la “mejor sanidad del mundo” y reclamar sus derechos laborales, que no solo de vocación vive el sanitario. Un sistema de salud del que presumían nuestros políticos mientras, ya no es que lo hayan dejado morir, es que lo han estado “eutanasiando”, legislatura tras legislatura.

Y enero finalizaba con un atentado en Algeciras en el que un sacristán era asesinado y varios feligreses y un sacerdote heridos por un terrorista loco, o un loco terrorista, y con el escándalo de la denuncia por abusos en la entrega de los premios Feroz.

En Europa surgía el debate de si entregar tanques y aviones para Ucrania, y España le cedió un puñado de “leopards” de los 53 que teníamos almacenados y criando orín.

En plena época electrónica, un simple globo aerostático chino desataba las alarmas de espionaje en Estados Unidos y provocaba otra crisis política internacional.

En febrero nos enteramos de que un policía llevaba tres años infiltrado en organizaciones antisistema y en los lechos de algunas de sus integrantes.

Y un terremoto en Turquía y Siria nos encogía el corazón llevándose por delante a más de cincuenta mil vidas humanas, amén de la esperanza de otras muchas personas ya vapuleadas por la guerra y la miseria.

Por nuestra tierra seguíamos con polémica por la Ley del “sólo sí es sí”, que era parcialmente modificada, además de por la ley de derechos de los animales, que era aprobada.

Salió a la luz el caso “mediador” o “Tito Berni”. Otro caso más de corrupción, para regocijo de unos y sonrojo de todos.

Y en marzo la RAE nos permitió ponerle tilde a “Sólo” a los que ya se la poníamos.

En Hamburgo un individuo se lio a tiros en un centro de testigos de Jehová asesinando a siete personas e hiriendo a otras ocho. No sería el último tiroteo en Europa, demostrando que el mundo está muy globalizado y que estamos importando ciertas costumbres yankis bastante aciagas.

Y mientras el Silicom Valley Banc colapsaba, haciendo temblar la economía mundial, aquí, en nuestro país, Vox traía a la palestra al viejo profesor Tamames para una moción de censura que estaba condenada antes de presentarse.

Ana Obregón incendiaba la prensa rosa, la amarilla y la de otros colores al ser madre-abuela mediante gestación subrogada de la hija de su hijo, (que nos faltan palabras para definir hechos de este tipo).

Twitter pasó a llamarse X, como aquellos expedientes de la antigua serie. Y transformó las verificaciones azules de honorabilidad, en un servicio de pago. Poderoso caballero es don dinero…

En mayo fue coronado como rey de los rubios, de los canadienses, de los australianos y de otras antiguas colonias, Carlos, el tercero de su nombre. Entrando a la vez en el libro Guinness por ser la persona de mayor edad en acceder al trono británico, así como la que más años estuvo esperando para sentarse en él. De las orejas el Guinness no dice nada.

Aquí se celebraron elecciones autonómicas en diferentes comunidades, con escándalo previo por la supuesta compra de votos y demás parafernalia, y controversias posteriores sobre pactos éticos y no éticos. El caso es que con ellas el gobierno sufrió un varapalo y se precipitó la convocatoria de elecciones generales para el verano, (con gran mosqueo de parte del personal por la fecha elegida), en lo que parecía una huida hacia delante del presidente del ejecutivo.

En la India un accidente de tren causaba casi trescientos muertos y más de novecientos heridos. Y Erdogan era elegido para un tercer mandato en Turquía.

Pero como todo no pueden ser malas noticias, cuatro niños fueron rescatados en Colombia tras sobrevivir, solos, a un accidente aéreo y a cuarenta días en la selva.

En el mar Jónico un barco naufragaba cargado de inmigrantes. Nunca sabremos el número real de víctimas de esta tragedia, ni por supuesto el número total que se ha tragado el Mediterráneo a lo largo de todo el año. Las cifras oficiales en esta ocasión hablaron de más de 80 cadáveres encontrados y de cientos de desaparecidos. Aunque las noticias gastaron más minutos y más tinta con el fallecimiento de cinco millonarios en la implosión del sumergible Titan, mientras intentaban visitar el pecio del Titanic.

En Ucrania la guerra dio un vuelco cuando el grupo de mercenarios Wagner se reveló contra el mando ruso, abandonó el frente y avanzó casi sin oposición hacia Moscú. Finalmente la situación se controló y se llegó a un acuerdo entre el grupo militar y el gobierno ruso. Aunque poco después, en agosto, el líder del grupo mercenario fallecía en un accidente aéreo, aun no totalmente aclarado. Y es que la sombra del Kremlin es alargada…

A los franceses este año les tocaba nueva revolución y a lo largo del año han hecho arder las calles, esta vez en protesta por la reforma de las pensiones y el aumento de la edad de jubilación a los 64 años, (¡quien los pillara!)

En Zaragoza y en Vitoria hubo granizadas e inundaciones, con grandes daños e imágenes dramáticas, fundamentalmente porque nos empeñamos en construir en lugares por donde el agua siempre ha buscado su camino, y no queremos aprender de las catástrofes pasadas.

En varios países de África, sobre todo en el Sahel, se produjeron golpes de estado y cambios de gobierno en lo que parecían coletazos finales contra el colonialismo, aunque no eran más que movimientos en el tablero geopolítico mundial, en el que mucho tienen que ver tanto Rusia y el referido grupo Wagner, como los movimientos islamistas. Y todo aderezado con la eterna miseria y sequía de la zona.

Alcaraz arrasaba en Wimbledon mientras en los cines lo hacían una muñeca vestida de rosa y un científico arrepentido por su contribución al armamento nuclear.

Y hubo nuevas elecciones nacionales de las que resultó un parlamento fragmentado y a la vez tremendamente polarizado, lo que acabarían aprovechando diferentes grupos minoritarios.

Kevin Spacey fue declarado inocente de los cargos por abuso que se le imputaban, pero su reputación no.

Rosalía rompía con Rauw Alejandro. Se le rompió el amor de tanto usarlo… Pero tranquilos que a final de año ya se había recuperado en brazos de Jeremy Allen White.

Y julio terminaba con la Gomera sin luz por el incendio en una central.

En agosto vimos a Trump posando de frente y de perfil para su ficha policial. Es posible que sea el primer procesado o condenado por un delito federal que llega a la presidencia de los EEUU. Quousque tandem abutere, Trump, patientia nostra?

En nuestro país, sin embargo, lo que nos preocupaba de verdad y ocupaba las páginas virtuales y de papel de los periódicos, era el presunto asesinato morboso de un cirujano colombiano por el hijo del actor Rodolfo Sancho y nieto del añorado Curro Jiménez.

España ganó por primera vez el campeonato mundial de fútbol femenino. Pero tan grata noticia fue, ya no empañada, sino casi silenciada por el escándalo posterior ocasionado por el impresentable de Rubiales y un “pico” no consentido.

Rusia, y antes de ella Japón, fallaron en sus intentos de llegar de nuevo a la Luna con sus naves espaciales, pero finalmente lo consiguió la India.

Y mientras en nuestro país comenzaba otra nueva polémica sobre si los avisos sobre Danas eran precipitados y alarmistas, la borrasca Daniel arrasaba Grecia, Bulgaria y Turquía destrozando todo a su paso y dejando decenas de muertos; y en Libia ocasionaba el desmoronamiento de dos presas y con ellas el fallecimiento de unas cuatro mil personas, nueve mil desaparecidas y más de cien mil afectadas. La precariedad de las infraestructuras, por desidia o por falta de mantenimiento, fueron en gran medida lo que elevó sobremanera el número de víctimas, que no le podemos achacar todo a los eventos meteorológicos.

Y por si esto fuera poco, la naturaleza volvió a hacerse notar en forma de terremoto en Marruecos con cerca de 3000 muertos y más de 5000 heridos, mientras Mohamed VI no estaba, ni se le esperaba.

Feijóo se preparaba para su proceso de investidura fallido, mientras resurgía el fantasma de Waterloo, (meses antes del estreno de Napoleón en los cines), y entretanto, gran parte de nuestros próceres volvían a presumir de hablar catalán en la intimidad, y de todas las lenguas cooficiales en el congreso.

Cien años después del genocidio armenio en Turquía volvimos a ver a más de 100000 armenios huyendo de Nagorno Karabaj y de la limpieza étnica. Y es que como decía Mark Twain, la historia no se repite, pero rima.

En Murcia un incendio en varias discotecas aledañas acababa con la vida de 13 personas y hería a otras 24, desatando la sospecha en cuanto a la ejecución de cierres de locales ilegales, y de la presunta prevaricación de los funcionarios municipales.

Una empresa española lograba lanzar un cohete espacial recuperable con éxito, el Miura 1, colocándonos dentro del selecto grupo de países que tienen acceso al espacio.

A lo largo del año la tensión entre Israel y los palestinos se había ido incrementando por diferentes atentados y acciones militares, pero cuando Hamas asaltó un festival de música por la paz y multitud de kibutz en el sur de Israel, asesinando a más de mil personas y secuestrando a otras trescientas, estalló de nuevo, con toda su crudeza y barbarie, el conflicto eterno en aquella tierra que, a pesar de ser llamada santa, nunca ha podido evitar, a lo largo de la historia, el ser regada con la sangre de los inocentes. Israel respondió con una ofensiva en Gaza, sin piedad y sin medida, que, a fecha de hoy, ha causado más de 20000 muertos y más de 50000 heridos. Y unos y otros se acusaron de barbarie y de asesinar civiles. Pero los que han sido derrotados, desde que sonó el primer disparo y la primera detonación, son los niños de ambos bandos, los civiles masacrados y la verdad y la objetividad del mundo entero.

En octubre en Afganistán, dejado de la mano de Alá, un nuevo terremoto causaba casi 1500 muertos y casi 2000 heridos, y al mundo le dio lo mismo.

En Irán, apenas un año después del asesinato de Mahsa Amini, y tras un año de represión brutal contra las mujeres, otra adolescente “moría” tras un altercado, supuestamente por no llevar el velo.

Y ¡cómo nos crecen los niños! Que la princesa Leonor juró bandera y la constitución española, con diferentes polémicas por parte de unos y de otros, que como digo siempre, a los españoles nos va la marcha.

Un sicario, supuestamente pagado por grupos islamistas iranís, atentaba contra el político Vidal-Quadras en el mismo centro de Madrid.

Con respecto a la nueva carrera espacial, el Starship de SpaceX explotó “con éxito”.

Pedro Sánchez conseguía ser investido de nuevo presidente del gobierno español, a costa de desdecirse de mucho de lo prometido en la campaña electoral, de cambiar dinero y amnistía por votos, y de convertir líneas rojas en caminos verdes, verificador internacional de por medio. Con protestas en las calles de unos y regocijo en los despachos de otros. Qué según parece la Constitución y Montesquieu son importantes, pero no tanto. Y durante la investidura nos enteramos que a Isabel Díaz Ayuso le gusta la fruta, y a Esperanza Aguirre cortar las calles, sobre todo entorno a Ferraz, que literalmente ardió durante bastantes noches. Y es que posiblemente en España no es que estén en peligro la democracia y sus libertades, sino la racionalidad de sus políticos.

Mientras iban disminuyendo las protestas en Ferraz, el viaje de Pedro Sánchez a Israel concluyó desatando una crisis con el gobierno judío, y sus declaraciones en la Eurocámara, con un enfrentamiento con el partido popular europeo y hasta casi con el pueblo alemán.

A pesar del peligro para la humanidad que pueden suponer las inteligencias artificiales (al menos según Hollywood), lo cierto es que ChatGPT ha sido uno de los términos más buscados en Google y uno de los sistemas más usados en el mundo en este año. Y hasta una artista española se casó con una IA con holograma, o con un holograma con IA... O tempora, o Mores…

Y siguieron las diferentes catástrofes en el mundo en forma de huracanes, accidentes de autobús, tiroteos en USA y demás calamidades. Y por si eso fuera poco, Andy y Lucas anunciaron su separación, y Miley asumió la presidencia en Argentina. ¡Qué clase de mundo le vamos a dejar a Jordy Hurtado!

Se nos fue Concha Velasco, la chica Yeyé. No ha sido la única artista ni famosa que nos ha dejado, que en este año y por el camino se quedaron Tina Turner, Antonio Gala, María Jiménez, José María Carrascal, Carlos Pumares, Ryan O'Neal, Bahamontes, Ramón Lobo, Francisco Ibáñez, Carmen Sevilla, Raquel Wellch, Gina Lollobrigida y Shane Mcgowan, entre otros muchos.

El informe Pisa nos dio una patada de realidad y puso en duda nuestro sistema educativo, aunque nuestros próceres políticos, auténticos responsables del desaguisado, encontraron que el culpable, como siempre, era el maestro armero.

Nuestra Constitución cumplió 45 años, que ya es cumplir para una constitución en España, y al igual que a Leonor antes, le hicieron un desplante una buena parte de los grupos parlamentarios de nuestra cámara de representantes, demostrando, una vez más, que ya no es que no tengan sentido de estado, es que no saben cumplir con el protocolo, ni con el respeto a las instituciones y a todos los españoles.

La ministra Calviño fue nombrada presidenta del Banco Europeo, Tylor Swift persona del año por la revista Time y Pedro Duque presidente de Hispasat.

En España concluía el año político con las polémicas por los descarrilamientos de trenes en Atocha, y con el acuerdo para presentar una moción de censura en el ayuntamiento de Pamplona que le permitía a Bildu conseguir la alcaldía, al parecer como parte de los pagos por el apoyo a la investidura. Y volvieron a arder las calles.

La declaración de los derechos humanos ha cumplido 80 años. Pero con todo lo sucedido en este año, esta celebración no es que haya quedado deslucida, es que ha sido una demostración de la hipocresía de occidente, donde se los pasan por el arco del triunfo en cada ocasión que lo requiere.

Para fin de fiesta un volcán de nombre impronunciable erupcionaba en Islandia removiéndonos amargos recuerdos. Y un tirador sembraba el terror y la muerte en Praga dejando 15 muertos y 29 heridos. 

Y como todos los años, los incendios han arrasado diferentes partes de España a lo largo de 2023, provocando escenas dantescas para desesperación de los que los han sufrido. Desde Asturias a Tenerife, pasando por Castellón, Valencia y la Palma, el fuego devoró todo lo que pudo, que parece mentira que año tras año pase lo mismo, y que aun queden bosques por arder. Pero en este año además han sido devastadores en muchas partes del mundo, sobre todo en Grecia y en Sicilia, donde además de poner en peligro parte del patrimonio de la humanidad, obligaron a evacuar a miles de personas, y en Hawái, donde el paraíso se convirtió en infierno, ocasionando casi un centenar de muertes además de grandes estragos materiales y en el ecosistema natural.

Por lo demás el mundo sigue igual que siempre. Más de veinte guerras abiertas y olvidadas, sin expectativa de conclusión, que afectan a más de mil millones de personas en el planeta. Sigue aumentando el número de mujeres violadas, maltratadas y asesinadas sin que logremos acabar con esta lacra ni en el tercer mundo ni en la “civilizada” Europa. El número de inmigrantes, desplazados y refugiados que cruzan las fronteras en busca de un futuro mejor es cada vez más alto, así como el peaje que pagan en forma de muertos en costas, mares, desiertos y selvas. Y día a día siguen aumentando las cifras de menores fallecidos por hambre o por falta de recursos sanitarios.

Pero a pesar de todo deberíamos de ser optimistas, porque como dice Gandalf, “las buenas historias merecen un buen final”. Y si todo lo que hemos vivido en este año y en sus predecesores no es una buena historia, que venga Eru y lo vea.

Así que esperemos que pronto podamos dejar de ser protagonistas de eventos históricos, al menos por una temporada, y que van a volver esos tiempos tan aburridos y anodinos, pero que tanto añoramos, en los que no pasaba nada relevante. Y si no es así, que al menos no nos olvidemos de vivir, de disfrutar de la vida y, como decía Plauto, “de celebrar cada momento con vino y palabras dulces”, y sobre todo y fundamentalmente, en buena compañía.



Publicado por Balder

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