domingo, 15 de octubre de 2023

La buena compañía

          La felicidad, a menudo, no se consigue viviendo momentos extraordinarios ni consiguiendo grandes logros. Las más de las veces tan solo necesitamos unos instantes de tranquilidad en buena y agradable compañía para ser felices. 

          Es extraordinariamente satisfactorio compartir unas horas de tu vida con personas a las que quieres y a las que te sientes unido, aunque sea una vez cada demasiado tiempo.

          Reunirte a la vez con quienes has visto crecer y con quienes te vieron crecer a ti, como si estuvieras en un fotograma que reflejara una gran parte de tu vida. Pasar un rato con quienes tienes tanto en común, con quienes has vivido buenos y malos momentos, sonrisas y lágrimas, trabajos y tiempos de asueto, es una experiencia gratificante, enriquecedora y sobre todo confortable.

          Y conversar de lo cotidiano o de lo extraordinario, de lo divino y de lo humano, de cosas intrascendentes o del sentido de la vida con quienes compartes recuerdos que no hace falta recordar, duelos que ya no requieren consuelo y alegrías que ya no precisan celebración, es quizá la fuente más sencilla de donde brota la felicidad.

          Quizá sea porque sólo en esos momentos, agradablemente sosegados, es cuando sentimos algo de esa paz que tanto añoramos y buscamos. Y, sobre todo, porque son esas las ocasiones en las que sólo nos cabe decir: ¡Qué bien se está cuando se está bien!


Publicado por Balder

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