“Una flor florece para su propia alegría”.
Oscar Wilde
La belleza de
una flor proviene de sus raíces, de la oscura tierra que la nutre y la
sustenta. Y se ofrece generosa a la luz del sol de la que obtiene su energía, sus
colores y sus fragancias. Colores y aromas con los que a su vez atraerá a los pequeños insectos que la polinizarán
y le darán sentido a su existencia.
Flores que sois compendio de belleza, dadoras de alimentos y productoras de nuevas semillas para el mantenimiento de la vida.
Grevillea juniperina y Bombus terrestris (abejorro común) |
Publicado por Farela y Balder.
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