He conocido el amor en todas sus posibles manifestaciones, el dolor intenso del abandono, la culpa, la ira, la desesperación. He sentido alegría y tristeza, he reído sin medida y he llorado sin pudor. He sentido envidia y rencor, admiración, coraje y esperanza; compasión, duda y amargura... he sentido en fin, lo que cualquier otro ser humano pueda sentir; pero nunca, en toda mi vida había sentido un vacío tan profundo y desolador como el que me provocó la indiferencia.
Encontrarme de pronto con alguien a quien había amado y odiado en la misma medida y descubrir que ya no sentía absolutamente nada resultó un golpe sorprendentemente desestabilizador para mi alma. Nunca me habría creído capaz de asomarme al borde del abismo que supone la ausencia total de sentimientos hacia otro ser humano.
Publicado por Farela
No hay comentarios:
Publicar un comentario