domingo, 11 de abril de 2021

Mi cocina



          Para mí la cocina es muy importante, me vincula con los olores, los sabores y los amores más importantes de mi infancia. En muchos momentos de mi vida he sabido que el sol volvía a salir cuando recuperaba las ganas de cocinar.
          Tengo una de esas costumbres inconfesables que te llevan de cabeza al DSM-IV (manual de clasificación de las enfermedades mentales): cuando cocino alguna receta familiar, de esas especiales que todos guardamos en el corazón y especialmente si es de repostería, les rezo a las mujeres de mi familia que las han cocinado durante generaciones antes que yo; les rezo para que me acompañen en ese ritual que me vincula a ellas de un modo muy especial y les pido disculpas por mi osadía que va íntimamente unida a una monumental torpeza culinaria.
          Hoy me tentaron las orejas y las rosquillas, con las prisas me olvidé de rezar antes de empezar... Y así andamos.

Publicado por Farela.

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