domingo, 20 de diciembre de 2020

La primera música que vino del espacio




Era una mañana fría la de aquel 16 de diciembre de 1965 en el espacio exterior. 
El día anterior la nave Geminis 6A había concluido con éxito la misión de aproximación y acoplamiento con la Geminis 7 en la órbita terrestre. Había sido la primera vez que dos naves conseguían realizar esa acción fuera de la Tierra. Entonces, con la euforia del deber cumplido, el astronauta y comandante Walter Schirra, antes de iniciar el descenso, se comunicó con el control de la misión:
- “…Aquí Géminis 6. Tenemos un objeto, parece un satélite que va de norte a sur, probablemente en una órbita polar. Está en una trayectoria muy baja viajando de norte a sur y lleva un ángulo de reentrada muy alto. Parece que incluso podría ser un… muy bajo. Parece que pronto volverá a reentrar. Escuchad… ¿Podríais dejarme intentar recoger esa cosa?”
Y entonces, por los altavoces del Centro Espacial de Operaciones en Houston empezó a sonar “Jingle Bells”, interpretada por el mismo Schirra y por su compañero Thomas Stafford, con una armónica Hohner de una pulgada de largo y nueve notas y con unos cascabeles que habían pasado de contrabando para tal efecto. Aquello ocasionó inicialmente sorpresa, pero luego una sonrisa surgió en todos los rostros y un agradable cachondeo se extendió entre todos los miembros de la misión, tanto en el espacio como en el Control en Tierra, que solo pudo decir algo así como:
- "Eres demasiado, seis".
Y es que, a pesar de esa pequeña broma de insubordinación y contrabando, todos estaban felices. La misión había sido un éxito y se acercaba la Navidad. 
Así que la primera música que nos llegó desde el espacio, o al menos la primera que recordamos que nos llegara, salvo que los Atlantes, los Valirios, o los Vogones hicieran algo que no sepamos, no fue ni un himno patriótico, ni una música seria y sesuda, ni tan siquiera “El Este es Rojo” de los chinos, o “Els Segadors” de los catalanes. Fue tan solo un humilde villancico de contrabando, que impregnó del alegre Espíritu Navideño a todos aquellos militares, científicos, técnicos y hasta políticos que formaban parte de la misión espacial.

Publicado por Balder


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