domingo, 25 de agosto de 2019

Cortando el césped


Dentro del especial interés que tengo por dejarles las cosas resueltas a mis padres antes del fin de semana y viendo la angustia que le causaba a mi padre su "campiño" a monte, he pensado que era una buena idea ofrecerme a pasar la cortacésped; egoístamente me centré en todas esas cosas que irían bien para paliar la ansiedad y el estrés: ejercicio al aire libre, hacer algo reglado que requiere atención permanente y por lo tanto permite no pensar en otras cosas durante un rato etc, etc, etc...

          Después de una semana entera transportando en el maletero del coche pantalones, camisetas y deportivas viejos sin que aceptasen mi oferta, mi padre decidió que hoy, que los he dejado en casa, era el día perfecto para pasar a la acción, eso sí, con muy escasa confianza en mis cualidades agrarias. Así que tras escuchar atentamente las instrucciones de mi progenitor, tres cables, cuatro enchufes, el correcto funcionamiento de la máquina y una detallada y napoleónica estrategia para el abordaje del enemigo, me dispuse a iniciar la faena vestida con mis mejores galas de martes.

          Repaso mi atuendo y por un momento siento el irrefrenable deseo de sacarme una foto con mi amplio blusón de cuadros vichi y enviárselo a todos mis contactos con la música dels segadors como fondo, (sí, a veces soy muy mala y otras aun peor), pero me contengo, una broma otrora inofensiva puede ser hoy un arma letal.

          Después de una encarnizada lucha con el césped, la cortadora, las continuas y contradictorias -pero siempre firmes- instrucciones de mi padre, el desafiante vestuario de Barbi talla grande, la noche que nos acecha oscura y tenebrosa con sus horrores y el invierno que se acerca, paso a detallar las lesiones.

          1. Un precioso blusón campero a la porra.

          2. Mis maravillosos zapatos de piel marrón "urban informal style", 7 cm de hierba adherida más altos (a ver si me vuelvo influencer).

          3. Múltiples cuerpos extraños oculares bilaterales con probables úlceras en pocas horas.

          4. Alergias múltiples, rinitis, urticaria, conjuntivitis, crisis asmática incipiente.

          5. Cambios indefinidos en el gusto con sabor permanente a ensalada de brotes tiernos.

          6. Tendinitis en la muñeca derecha con rizartrosis de la mano izquierda.

          7. Hombros congelados.

          8. Cervico dorso lumbalgia de probable etiología multifactorial (sin poderse descartar fractura osteoporotica).

          9. Gonalgia con fijación de rodilla derecha en hiperextensión y rodilla izquierda en flexión, muy probablemente ambas secundarias a un esguince por inversión del pie izquierdo y una fascitis plantar derecha con sobrecarga antiálgica en cabezas metatarsianas.

          10. Totalgia infra y supratentorial.

          11. Un pexegueiro, varias hortensias y una camelia heridos con distintos grados de gravedad. Pronóstico reservado.

          Todavía sin valorar las probables incrustaciones de hierbas, hojas de higuera, tierra y cantos rodados en distintas localizaciones anatómicas aun por revisar.

          En resumen:

          Ya no estoy nada estresada y muy poco ansiosa.

          Completísimo como deporte, recomendable a cualquier edad.

          No veo llegar el momento en el que el césped vuelva a necesitar un buen corte.




Publicado por Farela.



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