ei de buscala sen medo
mainiño
non teño presa
nin ela ni eu a temos
sabemos que día e hora
están fixados
de certo.
i espida
a miña alma vacía
de cargas e de lamentos
amosareille os recordos
de canto fun
i eu espero
que non me xuzguen moi duro
os que aló están
e os que deixo.
que as veces sinto no peito
coma un amor
que me queima
e prende en min un aquelo
de andar a buscar o encontro
antes de que chegue o tempo.
i escoita
e dime “ Aínda non te quero”
e síntome agradecida
de que non seña o momento
de encontros e despedidas
de me botar nese leito
onde durmen e me agardan
os que quixen
e me quixeron.
Desasosiego
Donde la muerte me llame
allí acudiré a su encuentro
sin prisa
pero sin miedo
ni ella ni yo lo tenemos
sabemos que día y hora
están fijados
de cierto.
Iré descalza
y desnuda
carcasa y alma vacías
de cargas y de lamentos
le mostraré los recuerdos
de cuanto fui
y así espero
que no me juzguen muy duro
los que allí están
y los que aquí dejo.
Puede que sea por eso
que a veces arde mi pecho
en un amor
que me quema
y me enciende un fuego dentro
de andar buscando su encuentro
antes de que llegue el tiempo.
La llamo
y ella me escucha
me dice “Aún no te quiero”
y me siento agradecida
de que no sea el momento
de encuentros y despedidas
de tumbarme en ese lecho
donde duermen y me aguardan
los que quise
Una vez alguien me dijo que se encontraba en paz con su vida y ya no temía a la muerte. Me contó que a veces cuando el día era oscuro al cerrar los ojos antes de dormir pensaba para sí "hoy no seria mala noche para que vinieras a buscarme". Al despertar por la mañana y comenzar un nuevo día cualquier pequeña alegría la hacía sentirse agradecida por continuar un día más " algo me quedará por hacer aquí". Esta poesia no es un canto a la muerte sino a la paz del que se ha reconciliado con su propia vida.
ResponderEliminarFdo. Farela